“No la des Diego, porque nadie pudo ni podrá hacer lo que vos hiciste”
¿Qué significa Diego Armando
Maradona para nosotros?
¿Un jugador de fútbol,
el capitán de la selección, un campeón del mundo, un tipo que hizo el mejor gol
de los mundiales, el que hizo la mano de dios, un buen tipo, un familiar, un
amigo, un dios, una religión?
Quizás la respuesta
correcta es una mezcla de todo, porque vas a encontrar muchas, pero hay un
sentimiento inexplicable que realmente reúne todos estos factores.
Maradona es el mejor
jugador de la historia del fútbol, fue el mejor en un deporte que a todos nos
gusta jugar.
Desde chico “soñó”, más
bien diría que vaticino, lo que quería llegar a ser: jugar con la selección
Argentina y salir campeón del mundo.
Puso a Argentina en el
mapa del mundo, allá por donde un argentino vaya siempre se lo identificará con
la palabra Maradona. Seguramente es el tipo más conocido a nivel mundial, un
mito, gracias a todas las batallas que ganó a lo largo de su vida. Y no
necesito Redes Sociales, YouTube, ni Marketing para serlo.
Jugó al fútbol y lo ganó
absolutamente todo, enfrentó al poder y defendió la camiseta de su país como no
vi en 36 años hacerlo a ninguna persona. Es el amor de su vida, no importa si
no podía caminar porque su tobillo parecía una pelota de fútbol, si cada rival
que se encontraba por el camino era una patada alimentada con la ambición de
lastimarlo, o si la cancha era de barro y jugaba con una media. Le dabas una
camiseta celeste y blanca, y te aseguro que dejaba la vida.
¿Por qué Maradona es y
será el eterno capitán de la Selección Argentina?
Podría caer en el
sensacionalismo de decir que ganó él solo un mundial, es cierto, es un juego de
equipo, ¿Pero te imaginas el mundial del 1986 sin Maradona a Argentina
campeón?
No hay mundial que haya
visto a un jugador tan influyente durante todo el torneo como Maradona, donde
además consiguió hacer el gol más lindo de toda la historia de un mundial,
y otro con la mano a Inglaterra. Y no lo hizo en un partido cualquiera, o en un
amistoso, fue en un encuentro definitorio de un mundial alimentado por el contexto
de una postguerra.
Recuerdo a Maradona
decir algo así como: “Era solo un juego, un partido de fútbol, y parecía una
revancha de la guerra que habíamos perdido en Malvinas”
Qué más motivos se
pueden encontrar para ver que él siempre estaba, en los momentos cruciales
donde muchos desaparecen, él decía presente, haciendo lo que nunca se había
visto.
Esto no es solo una
opinión, sus compañeros del 86 no dejan de hablar de él como su capitán, como
las persona que les enseñó a defender los colores de su selección, el que
siempre les enseñaba cómo luchar y ganar, y por supuesto el que resolvía todos
los problemas que parecían imposibles.
¿Y sabes que creo que lo
hizo aún más grande?
Lo que no ganó.
Porque enfrentar al
poder tiene sus consecuencias, y él las vivió, pero en lugar de sacarle
prestigio y gloria, lo llevaron a la inmortalidad.
Nadie va a olvidar el
mundial 90 cuando sin poder pisar ni entrenar, por tener el tobillo del tamaño
de una bola, jugó y llegó a la final. Un final perdida por un penal
inexistente y que desembocó en una llanto que solo de recordarlo lo estoy
imitando.
4 años más tarde, en el
Mundial de Estados Unidos de 1994, su último mundial, decidieron “cortarle las
piernas” como bien él decía, para sacarlo del mundial y que no consiguiera lo
que se daba, a priori, como un hecho.
¿De verdad se atreven a
desafiarlo con el fútbol moderno?
¿Dónde quedó ese fútbol
de potrero? ¿Dónde están esos jugadores técnicos que nos hacían llorar y vibrar
de emociones al verlos?
Hoy miro el deporte más
lindo del mundo, ese que amo, ese que mueve pasiones y veo una involución
(evolución para muchos) que no tiene límites. Un negocio comercial que solo
beneficia a unos pocos.
El fútbol cambió, si,
pero quién dice que para mejor. Hoy se premia a un futbolista con un excelente
físico por sobre otro con una mente ágil y única que hace la diferencia en el
fútbol. Las condiciones físicas por sobre la calidad es la base de la
modernidad. En la que estoy seguro que Diego Armando Maradona, volvería a dejar
en evidencia a los inventores del “fútbol moderno”. Porque aunque quieran
elevar a otras figuras, hoy el mundo sigue diciendo MARADONA.
Cuando me dicen que hoy
es mucho más difícil jugar, haganse una pregunta:
¿Vieron las patadas
asesinas que recibía Maradona?
¿Vieron los campos de
tierra donde jugaba?
¿Vieron la cantidad de
viajes matadores que hacía para jugar con la selección y equipo?
Y sobre todo, ¿Vieron
los rivales con los que jugaba Maradona?
En Italia jugó, quizás,
en la época dorada de esa liga, había equipos con figuras mundiales de renombre
como quizás en ningún momento de la historia de ligas europeas volverá a
ocurrir. Averiguen por el Milan de Ban Vasten, Gulit, Ancelotti, Maldini, Baressi,
o quizás la Juventus de un tal Michel Platini. Además, los desafío a que ellos
opinen de Maradona, nadie podrá dejar mejor evidencia de lo que dejó el mito en
Nápoles.
Maradona llegó en ese
momento a un equipo que había estado por descender y lo sacó campeón de todo.
Una vez más, podemos decir que volvió a enfrentar al poder y les volvió a
ganar. Mientras en Italia en norte y el sur tenían una brecha inconfundible,
eligió al débil y lo puso arriba del resto, sin ninguna objeción y como jamás
volverá a ocurrir.
Diego Armando Maradona
no morirá jamás
Recuerdo hace años tener
una conversación con mi papá donde él me decía, cuando Maradona se muera, será
un acontecimiento mundial sin precedentes, y eso está pasando.
Cuando leí en el
periódico “Murió Diego Armando Maradona” buscaba en otros portales refutar ese
título, quería encontrar como tantas otras veces que había esquivado a la
muerte.
No pude ser, hoy sigo
llorando, es un dolor que no cesa y lo único que lo hace un poco más liviano es
saber que estás descansando en paz. Porque nunca lo dejaron vivir como una
persona normal, eso es el peso que llevo por ser el mejor, y el tipo más
conocido de todos, por ser el DIOS DEL FÚTBOL
Me pregunté: ¿Estaré
loco por sentir dolor como si fuera la muerte de un familiar? ¿Ni siquiera lo
conozco, qué me pasa?
La realidad es que Diego
es todo lo que queremos ser nosotros, es quien logró hacernos sentir
orgullosos, es quien está por sobre todo lo cuestionable y entendible, y me
quedo con esa frase tan usada pero a la vez tan acertada: “no te quedes con lo
que hizo con su vida, quédate con lo que hizo por la nuestra”
No importa de qué país,
ciudad, barrio, aldea seas, si dominas redes sociales o tenés internet en tu
casa. Vos sabes quien es Maradona y dónde nació. Él logró movilizar todo allá
por donde pisará, algo totalmente inigualable.
Fuiste, sos y serás el
eterno capitán de la selección Argentina. Quien mira la camiseta de la
selección Argentina, mira a Maradona.
Nunca creíste en
protocolos pero si en convicciones propias. No te vendiste nunca al poder, y
luchaste siempre por la redonda y tu selección, por eso hoy la pelota y la
cinta de capitán se van con vos para siempre.
Te voy a extrañar
Diego, pero siempre que mire a la selección y la 10, te miraré nuevamente a
vos.