viernes, 3 de julio de 2020

EN BUSCA DE MIS DOS AMORES


Artículo escrito por ANTONIO HONORATO MARQUEZ,  madridista, profesor de historia jubilado, Socio del Real Madrid nº 44697.

Eran las 8.45 de un domingo primaveral. El sol salía por el horizonte, algunas nubes se interponían en este ascenso majestuoso hacia su punto mas alto. Intuía que hoy no sería un día cualquiera. Mi compañera estaba en nuestro lecho de amor con un respirar entrecortado. Sus ojos cerrados estaban escribiendo su último capítulo  vital. Todo su rostro era de amor. Como ella era amor la habitación donde estaba también era de mucho amor. Estaban sus hijas, sus nietos, sus yernos y, por supuesto, estaba yo la ultima persona en incorporarse a su agotadora vida. No pasaron ni cinco minutos de esta reflexión cuando el sonido de su respiración entrecortada se convirtió en un gran silencio. Mari Carmen había dejado su agotador cuerpo de 93 años para estar en otra dimensión. Eso si, no le faltaba su bufanda del Real Madrid en su cama. Todos se fueron y yo me quedé allí sentado en una cómoda butaca maldiciendo el destino. Me preguntaba porqué solo pude compartir con ella 30 años de convivencia. Porqué el destino no nos unió mucho antes. Gracias a ella pude compartir mas de un amor. El amor hacia ella y el amor hacia su equipo del alma, su Real Madrid.

 No sé lo que pasó que aquella noche me quedé dormido y al día siguiente me desperté todo sorprendido. Noté algo especial en el ambiente, en la calle, las personas, los coches… No podía ser, había retrocedido en el tiempo. Pero ¿en que año estaba?. Salí a la calle todo asustado y contemplé que estaba en Hospitalet de Llobregat. Me acerqué a un guardia urbano y le pregunté la fecha de hoy y me dijo que era el 26 de mayo de 1974. No me lo podía creer, había retrocedido 75 años. Había pasado del 26 de mayo del 2049 al 26 de mayo de 1974. Increíble.

 Caminaba sin rumbo fijo cuando un Simca 1000 Barreiros a punto estuvo de atropellarme… Siento al conductor decirme :

  • Mira por donde vas, chaval…

Me había llamado chaval…, increíble…, yo que tenía 91 años…, je je je je. Pero claro, si había retrocedido 75 años en el tiempo, también tendría 75 años menos…, o sea que…, tenia 16 años. Llegué a una cafetería y decidí tomarme un café descafeinado con sacarina, ya que debía cuidar mi corazón… pero, calla, calla…, si tenía 16 años, no tendría problemas de corazón, ni me había dado un infarto como el que me dio en 2015… Seguí apurando mi café…, y porque no…, mi sueño… Me entró un escalofrío en todo mi cuerpo pensando… si estamos en 1974… Mari Carmen vivirá aquí y tendrá 18 años. Nunca me dijo la dirección donde vivió con su familia en Hospitalet, si la de Sant Boi, su domicilio posterior. Encontrar su domicilio en una gran ciudad como Hospitalet sería, como no, una misión casi imposible…, pero recordé que en 1974 existían listines telefónicos. Conocía sus apellidos y salieron cinco Campoy. Lástima, no tenía monedas, ni tampoco billetes, solo utilizaba tarjeta. De hecho, aunque hubiese tenido monedas, no me hubiese servido ya que en el año 1974 circulaban las pesetas, y no los euros actuales. Le pediría a un transeúnte unas monedas para realizar las cinco llamadas. Efectivamente, el primero con el que me crucé, me dejó 25 pesetas en monedas de cinco, o como se decía antes, de duro. A la quinta llamada fue la vencida. Se puso una señora que me dijo :

  • ¿Quién es?
  • Hola señora, soy un amigo de su hija Mari Carmen, tendría la amabilidad de que se pusiera…, le dije yo.
  • No está, regresará mas tarde.
  • Soy un antiguo compañero de escuela que he llegado a la ciudad y quería pasar a saludarla. ¿Usted es su madre?.
  • Si.

Por uno segundos me quedé en silencio. Estaba hablando con Dolores, la madre de Mari Carmen. Me vino a la memoria muchas charlas que tuve con Mari Carmen como, por ejemplo, la de aquel día que jovencilla ella, no tenía apetito y devolvió su plato de garbanzos a la madre que estaba en la cocina y, segundo después, se escuchó un ruido estremecedor. Era el plato de garbanzos que, pasando cerca del rostro de Mari Carmen, impactó en la pared. Era una señora con carácter, pero con muy buenos sentimientos.

  • Vivimos en la calle Pedro Pelegrí, 4

Me dijo la dirección y en menos de quince minutos ya estaba tocando el timbre de su portal.

  • ¿Quién es?
  • Soy Antonio, el amigo de su hija.
  • Sube hijo.

Una vez alló, comprendí una cosa…, que ella no me conocía…, yo actuaba como si me conociese pero no era así. Dios…, ¿qué hago?, ¿qué le digo?. Le digo que vengo del futuro para conocerla de joven. ¿Le explico que fuimos pareja en la final denuestras vidas…? Menuda confusión…, ¡Dios!. En que lio me había metido…, si pero, no se si lo que estaba pasando era cierto o no…, pero lo que si os puedo asegurar es que tenía como una sensación de felicidad porque iba a ver a mi Mari Carmen con 18 años.

  • Hola, me llamo Antonio.
  • Hola. Yo soy la madre de Mri Carmen. Me llamo Dolores.
  • Mucho gusto de conocerla.
  • Mari Carmen no está ahora en casa. Ahora vendrá. Se ha ido a Barcelona a dar un paseo con sus amigas.
  • Muy bien.

Pasaban los minutos y mis nervios iban aumentando mas y mas. Al final siento como unas llaves entran en la cerradura y se abre la puerta…, era ella…, Dios que bella criatura. Si bella era a los 61 años cuando la conocí en la sala de fiestas del Tango de Barcelona… ¿qué os puedo decir ahora…?. Lo que siempre le dije…, que Dios creo a la mujer a imagen y semejanza de ella. Era y es tan hermosa, no hay que olvidar que estaba delante de mi. Nuestros ojos no dejaron de mirarse. Sabíamos de nuestra cercanía pero nos faltaban seguridades. ¿Cómo podía salir de aquel entuerto?.

  • Hola Mari Carmen, soy Antonio.
  • Hola…, se quedó en estos momentos pensativa…
  • ¿Le conozco?
  • Te tengo que explicar muchas cosas…, me gustaría que diéramos un paseo… ¿te parece?.
  • Me parece… Mamá vengo en unos minutos.

Ténicamente era nuestro primer paseo, ya que no la conocía en el pasado. Nuestros ojos no dejaban de mirarse…

  • ¿De que me conoce usted?
  • Prefiero que me llames Antonio, si te parece.
  • Vengo del futuro para conocerte y poder vivir contigo aquellos años que por nuestros destinos no pudimos vivir y sí los últimos treinta años de nuestras vidas. Y sobretodo revivir nuestro amor pornuestro equipo, el Real Madrid. Que siempre nos ha acompañado en nuestros mejores y también en nuestros peores momentos. Nuestro equipo siempre ha respondido.
  • Es increíble lo que me estas contando pero, si es así, es maravilloso. Gracias Antonio por venirme a conocer en mi juventud.
  • Y es mas, tengo dos entradas para ver la final de la Copa del Generalísimo que enfrentará a nuestro equipo con el eterno rival, el Barcelona, que se jugará el 29 de junio de 1974 en el estadio Vicente Calderón ¿supongo que te apuntas?.
  • Pues claro.
  • Pues dicho y hecho. Te vendré a recoger para irnos a Madrid en tren. Lástima que en esta época no existía el AVE ya que nuestro viaje duraría alrededor de tres horas aproximadamente.
  • ¿Qué dices?. Tres horas… ¡que barbaridad!.

Llegó el día en cuestión. Que nerviosismo. Estábamos apunto de salir del hostal Atoche, cercano a la misma estación, donde nos alojamos. Que bien nos sentaron esos churros con chocolate…, ummmmm… Mientras nos dirigíamos al metro recordaba que, meses anteriores, ese mismo Barcelona con Johan Cruiff a la cabeza nos había metido cinco chicharros en nuestro estadio. Eso no se podía repetir, todo lo contrario, se tenía que devolver la afrenta con otra goleada. Eso si, teníamos la ventaja, de que en la Copa del Generalísimo, no podían juagr los jugadores extranjeros.

Llegamos al campo y el ambiente era el de los grandes partidos, y este lo era, por doble motivo, porque estábamos juntos Mari Carmen  y yo y, por supuesto, porque íbamos a ver anuestro equipo del alma, el Real Madrid.

El partido fue extraordinario, nuestro equipo venció por 4 a 0 con goles de Santillana, Rubiñan, Aguilar y Pirri. Era el decimosegundo título de Copa del Real Madrid. Emotiva fue la entrega de la copa a nuestro capitán Zoco, que ya se retiraba de la práctica activa del fútbol. Por supuesto la afrenta que nos inflingio el Barcelona en enero de este mismo año quedó saldada.

Que bonita la salida de la gente, contenta, agitando las banderas. Era una noche de felicidad, de doble felicidad por haber disfrutado de mis dos amores en un instante, Mari Carmen y el Real Madrid.

… No sé que pasó que en un momento determinado cambia el espacio y cambia el tiempo… No estaba en Madrid…, estaba en Barcelona, en nuestro domicilio, parece que había tenido un sueño muy hermoso. Lástima que no quería que se acabase nunca. Observé por última vez a mi bella esposa, serena y tranquila, y le prometí que pronto me reuniría con ella para vivir una eternidad juntos y con nuestro equipo, el REAL MADRID.